sábado, 17 de julio de 2010

¡QUE TAL CONCHA!...



Los periódicos machacaron la noticia: los pobladores de una provincia impiden la circulación de una empresa de transportes porque sus propietarios no aceptan donar cien cajas de cerveza y contratar una Banda para sus próximas fiestas patronales. Los informes televisivos hablan de una amplia movilización popular y sus enfervorizadas demandas. Por supuesto que quienes se perjudican por no poder viajar están totalmente desolados…
Algunas matronas arequipeñas al leer los titulares en los kioskos periodiqueros exclamaban sorprendidas ¡Qué tal concha!... No desconozco que mis paisanas ayacuchanas se sonrojarán por esta expresión de uso muy común en la Blanca ciudad.

Bueno. Viendo el fondo del asunto, desmenuzándolo “en sus adentros”, creo que los oyonenses no están fuera de tiesto, digo, si la nota periodística cuenta la absoluta verdad. Por el contrario, parecería que ellos están actuando con más realismo.
Conversemos. Es casi universal la costumbre de festejar con pompa las Fiestas Patronales o aniversarios de fundación de nuestros pueblos. Y no es privilegio sólo de los grandes, como las capitales departamentales o provinciales. Pueblecitos que ni aparecen en los atlas locales, le dan máxima importancia a sus festejos. Y lo hacen con gastos elevadísimos para sus posibilidades. Casi todos organizan sus Semanas Jubilares, otros las denominan Semanas turísticas. Infaltables son los castillos de fuegos artificiales y la Verbena Popular en la víspera del día central. Desde las siete de la noche más o menos, se concentra la población en su Plaza principal donde ya está armado un estrado perfectamente iluminado. El equipo de amplificación de gran poder hace que la música se escuche en todos los espacios. Si el pueblecito no contara con fluído eléctrico, se alquila también un generador. La creciente expectativa popular cuenta los días para conocer tremendos números artísticos que se dignarán llegar a nuestra fiesta. No se habla de otra cosa: bailarinas muy apetitosas, animadores de cierta fama y el plato de fondo: uno o más cantantes de moda. Es infaltable también una Banda de Músicos para que, además de las retretas bailables, anime el Desfile de Honor en el día central y los desplazamientos de las autoridades. Otros pueblos no van a prescindir de sus tardes taurinas, con el costo que significa presentar toreros extranjeros, ganado aparente, etc. Pero en este caso, el manejo es diferente.

Ahora bien. Toda esta parafernalia no es gratuita. Tiene un costo y qué costo. Ojo que no estamos hablando de lo que significan las Fiestas religiosas que tienen sus cargontes. En Andamarca, por ejemplo, la Fiesta de nuestro Niño debe contar con un Mayordomo, un Adornante, dos chamiceros y dos pastores, como mínimo. En nuestras cofradías, quien pasa un cargo conoce las responsabilidades económicas que asume y por ello, en muchas zonas, cada día hay menos voluntarios para cumplirlos. Pero, eso es harina de otro costal.

¿Quién asume los costos cuando la fiesta no tiene cargontes? ...¡Los Gobiernos locales!, así de simple. Ignoro si en sus presupuestos figura el rubro específico: FIESTAS PATRONALES, y si las famosas reuniones de Presupuestos Participativos toman estas decisiones. Lo real y concreto es que el gasto se da. ¿Cómo podría pensarse siquiera que este equipo gobernante no haga la fiesta patronal este año?... Imposible!. Puede postergarse cualquier gasto, pero la fiesta patronal es sagrada. Y hay que ver el nivel de competencia. Huayllura, para su fiesta ha traído a la orquesta de LOS CURUCHUCUY, la gran vedette FLORIPONDIA y el extraordinario cantautor PIRURITO DE LOS ANDES, y como los de Weqoto no nos vamos a quedar atrás, a cualquier costo vendrán números más afamados. Y cuidadito con el equipo de sonido con cañones de humos, cortadoras, etc., pues el que vino el año pasado fue una cochinada, los artistas se quejaron y el gran concertista TRIGUITO DE QANTUPUNKU no quiso presentarse, tuvieron que rogarle más de dos horas !! ….

Echemos pluma, a vuelo de pájaro como se dice. En esos periódicos de china, las vedettes dicen que tienen harto trabajo y que cobran no menos de quinientos dólares por presentación, las más caíditas se entiende, porque las otras tienen cotizaciones superiores. Dizque las orquestas van por veinte mil soles, las más baratitas, hay las que quintuplican fácilmente estas sumas. Nos han informado que las “grandes megaestrellas” mínimo dos mil dólares, aparte de sus músicos o Banda, ahora que están de bajada. Algunos años, un artista me dijo que le pagaban ocho mil coquitos por concierto. El equipo de amplificación más baratito no baja de quinientos dólares por día. Ahora bien: esto de los precios es bastante relativo. Todos cuidan sus tarifas con celo y los que estamos mencionando son solamente aproximaciones. Lo del estrado se podría negociar con alguna distribuidora de cerveza o licores: ellos se encargan de instalarlo con la condición de que se les asegure exclusividad para la venta de sus productos. ¿Cuánto ya va…?. Y nos faltan todavía los gastos de pasajes. Hay estrellas que solamente viajan en avión. Si es un pueblecito sin aeropuerto como el mío, entonces hay que disponer de camionetones 4 x 4 último modelo, full equip, para su exclusivo servicio. Hay grupos que cuentan con su propia movilidad y, por supuesto que no es gratuito. ¿Nos olvidamos de algo?... Los gastos de publicidad: afiches, volantes, spots o jingles radiales, etc. Hay pueblos como mi tierra en que con una sola pregonada desde Qayaq Orqo se difunde la noticia. Además, ¿qué invitación se necesita si todo el pueblo espera sus fiestas?... Pero no vamos a ser menos que nuestros vecinos. Tenemos que pegar afiches full color, con fotos llamativas, en las agencias de transporte, en los comercios, en los restaurantes del lugar y en los pueblos allegados para que vean nuestra pompa. ¿Y los Asesores, representantes, comisionados, etc…?. Hay todo un sistema perfectamente montado de intermediación antes de alcanzar el contrato. Lo que significa “alas” que cubrir… ¿O no?. Otra cosita: en esto de los convenios artísticos, juega mucho el tema de la oferta y la demanda. Una actuación en Lima no tiene el precio que alcanza la misma si se cumple en provincias. En Lima hay artistas para escoger que, en la mayoría de casos, están buscando chamba. Por eso los “serruchos” trabajan con loco entusiasmo. Un artista ya hablado para actuar en la fiesta de Wayllahuarmi, de la noche a la mañana es olvidado, porque otro se ha metido por los palos. Además, no es igual contratar con un promotor privado que asume sus riego que hacerlo con un Municipio, un gobierno regional o una Junta Comunal. Las verbenas se ofrecen en plaza pública, nadie paga entrada. En cambio, una fiesta privada requiere de un local seguro y el público debe pasar por boletería. En el primer caso, la remuneración está totalmente asegurada, el artista ya cobró su plata antes de salir al escenario, en el segundo, muchas veces va a depender de la taquilla que haya generado el público asistente, para riesgo también del artista, porque los “cabezazos” son frecuentes.

Casi me olvidaba de los famosos “documentales” televisivos. Se emiten programas en canales locales o de difusión nacional, que suelen presentar resúmenes de quince minutos como máximo de estas celebraciones. Claro que ni siquiera se interesan por el sustento tradicional o patrimonial de estas conmemoraciones que son ancestrales en muchos pueblos. Con filmadoritas caseras en su mayoría recogen escenas diversas y como no hacen investigaciones siquiera ligeras, en sus videos sólo vemos cherrys sobones a las autoridades o funcionarios que los contrataron. Hace años, conocí el presupuesto que un señor difusor del “acervo cultural andino” presentó a la Alcaldía de mi pueblo. Realmente era una suma bastante alta. Como varios nos enteramos del entuerto, los ediles desistieron de acuerdos que ya habían tomado con el “comunicador social”. Los fuegos artificiales, las bombardas, la ornamentación general, los agasajos, etc., también salen de los fondos públicos.

CONCLUYENDO: ¿Tenemos ya siquiera una idea del monto que debe salir de la caja pública en la celebración de cada año?... El 2008 me comentaron que la Comisión de Festejos de una provincia disponía de una dotación de cuarenta mil “maracas”, como techo máximo para la organización de la Víspera central. No desconozco que en algunos pueblos, ciertas empresas particulares asumen la contratación de artistas, por ejemplo, o colaboran con productos. Si esta participación voluntaria alcanza para liberar al gobierno local de sus ingentes gastos, no lo sé… Si éste fuera el caso, albricias y salú, salú…, que sigan las fiestas…

Ahora bien: si este es el panorama en un pueblo que debe recurrir a su bolsa ¿tienen o no razón los oyonenses cuando reclaman que una empresa que se beneficia de sus recursos, colabore una sola vecesita siquiera?... Creo que sus pedidos no superan los diez mil solcitos, exagerando... De ser atendidos sus reclamos, los quejosos realizarán sus fiestas y, lo más importante, podrán cumplir sus planes, ya que no malgastarán recursos necesarios para obras públicas o para atender servicios básicos.
¿Icha chaynachu icha manachu qory canastitay?... Mi distinguido primo Luchito Montoya me responde convencido: ¡chaynam casqa rocanrol!...