miércoles, 22 de julio de 2009

MINERUKUNA... ¡CHACHALLAU...!


TODO MORIRA...,
SI NO LLUEVE…

Siempre recuerdo esta frase, escrita al pie de un dibujo que muestra cómo deja la sequía a la madre naturaleza. Las humanidades de Waman Poma finaron con “lluvias de fuego”, precisamente la terrible sequía, la falta de agua.

Habíamos venido escuchando acerca de actividades mineras en nuestra zona. La última vez que viajamos hacia Coracora, vimos personas en los cerros, con su tolderita de plástico y llenando latas con tierra o greda. Cuando hace varios años, una empresa empezó a construir un ramo carretero desde los pies del Inkapallanka hacia Qori Wayrachina, buscamos interesar a los directivos de la Comunidad Campesina de Andamarca sobre los problemas que esa actividad ocasionaría en nuestro pueblo. Todavía entonces, notamos cierta indiferencia en ellos. El Presidente sólo me dijo que conversaría con los crianderos de esos sectores para que informaran qué hacía esa gente.
- Qué tales riñones, - como decía don Herminio, mi padre. Si estamos viendo la carretera y los huecos que están sembrando por toda la zona, buscando minerales!. Ninguna empresa va a invertir dinero si no tiene la intención de llevarse todo lo que encuentre, - pensé.
Algo sucedió, felizmente, y las maquinarias fueron retiradas. Por supuesto que la reliquia histórica de Qori Wayrachina quedó destruída, y nadie dice nada.

En nuestra última estancia en Andamarca, lamentablemente, pudimos constatar cómo este concepto de la defensa de nuestros recursos se está tomando muy a la ligera y, para mi mayor asombro, hay como una tendencia a querer ligarse con empresas mineras de afuera. Hasta sospecho que alguien está propiciando el regreso de los que se fueron de Inkapallanka. Me informaron que, algunos paisanos – artesanalmente-, estuvieron extrayendo cobre desde un sector de Qellqata, “con tan buenos resultados que el paisano que comandó las operaciones ahora es dueño de tres carros”. El asunto no quedó allí, porque una Comunidad puquiana expulsó a mis coterráneos de la zona, alegando ser los dueños. Supongo que, actualmente, ellos continuarán extrayendo el mineral, y ¡cuántos carros ya se habrán comprado..., y ¡eso que el cobre ha bajado en su cotización…!

Además de las actividades mineras de los vecinos parinacochanos, ahora hasta sacan pecho quienes hablan del supuesto auge que está ganando la actividad minera en la cabecera norte de nuestra provincia. Creo que hablan de comunidades como Luren, Chapa, Umasi y no sé cuántos nombres más. Lamentablemente, sólo he llegado hasta Huacho, no conozco más allá.
La fiebre minera ha ganado tanto terreno en nuestra zona que en el letrero de una empresa dedicada a trabajos de construcción por cuenta de municipios y programas del Gobierno Regional y Central, se lee claramente “Empresa de ingeniería y minería”. Cuando pregunté dónde estaban las minas, me informaron que los “empresarios” se están dedicando a presentar solicitudes de “denuncios” de cuanto terreno se les ofrezca a la vista, ante el Ministerio de Energía y Minas. No quiero imaginar qué sucederá el día en que alguien de afuera invada Qellqata con sus maquinarias y empiece a hacer huecos en las moyas que maneja hace muchos años como suyas y - que hasta tiene cercados sus corrales -, nuestro distinguido paisano “chico malo”. ¿Le van a dar un placito para que se vaya con su crianza a otra parte, porque el Ministerio les ha concedido “el denuncio” a los invasores?...

Conversé al respecto con algunos compoblanos. Formulé abiertos reproches a más de uno con responsabilidades dirigenciales, por su desidia cómplice frente el avance tan vertiginoso como descontrolado de la actividad minera. Casi me da un soponcio cuando escuché respuestas como que “si otros están ganando dinero porqué yo no. Ahora la minería ya no malogra y, si algo viene después, ya será cuestión de los que entonces estén…”. La cosa se les presenta sencilla, porque no están yendo con su pico y su lampa a hacer los huecos directamente, - como hace mucho tiempo lo hiciera gastando mucha economía el buen tío Gualberto Galindo en su chacra de Cuyo Huayqo. Ahora el expediente parece más sencillo: llevar a los empresarios de afuera, hacerles ver la mina, y recibir una casa y su 4 x 4, full equipo, - si sabe reclamar algo-, y sanseacabó. Que después venga el diluvio universal, a mí qué me importa.

Históricamente, la actividad minera ha sido casi insignificante en nuestra zona, excepto, -claro-, la mina de San Juan de Lucanas. La toponimia de nuestro nombre “Andamarca”, nos sugiere los vocablos “Anta”, cobre, y “marka”, comarca. No quedan huellas de trabajos mineros, sin embargo. En la cumbre más alta del Kontaya, en los feudos de Balto Medina, queda algo que pudiera parecer un grupo de socavones trabajados. Pero desconozco actividad sostenida de extracción de cobre en esta región, ni en tiempos de la Colonia, menos después. Existen en nuestra región, por cierto, varios lugares de molienda de oro llamados Qori Wayrachina. Como sabemos el uso ornamental que dieron al preciado metal nuestros antepasados, jamás significó perjuicio alguno a la madre naturaleza.

Ahora bien, preguntémonos con sinceridad ¿es responsable, acaso, alentar la actividad minera en nuestro pueblo?... Los andamarquinos conocemos que nuestras moyas y sobre todo nuestro encantador valle, son interdependientes y se nutren de una gran fuente madre, que es la meseta de Qellqata o Quilcata. La despensa maicera de Andamarca, el sector occidental: Bellido, Toryana, Sankupata, Pusa, Wayrincayoq, Pururo, Aqo, Choqoyso, Wayllura, Wañusne, Yarpu, Puquioqta, Ninakiro, Alfapampa, Senqa Senqa, Angasqocha, hasta Lariputu, Chuchu, Gallochayoq y Poqa, incluyendo Wasaputu viven gracias a las aguas que nacen allí. Qellqata alimenta igualmente a todas las fuentes, manantiales, riachuelos, aguas termales y demás, que manan en este sector. Existen cauces subterráneos que, como vasos comunicantes, están en constante actividad. Así de simple. El día que falte el río Negromayo, desaparecerá la vida en Andamarca. Todo morirá. Y esto no es profecía de Nostradamus ni nos lo ha dicho don Espíritu Qecho. Esto lo sabemos todos.

Conversemos con nuestros mayores, con el viejo Leandro, con Andino Quillas y otros que atesoran el conocimiento milenario. Una fractura del equilibrio ecológico en estas zonas cargadas de geomagnetismo, repercutirá inmediatamente en detrimento de la vida animal y vegetal. A propósito, ¿porqué no le damos una leidita a nuestro Estatuto de la Comunidad Campesina?... ¿Qué dice sobre territorio comunal y su defensa?... Los andamarquinos con vocación minera ¿están violando o no el Estatuto de nuestra Comunidad?... Simplemente les recuerdo a mis coterráneos que dicho conjunto de normas tiene fuerza de ley y es de obligatorio cumplimiento.
Nuestras aguas todavía están limpias pero no estamos haciendo nada por conservarlas así. Cuántos personajes indeseables de otros pueblos invaden Qellqata en camionetas y meten cochinadas envenenadas en los ríos para llevarse las truchas, ¿esto no perjudica la vida, acaso?. ..

La actividad de la minería necesita mucha agua para realizar sus diversas fases. Si - en un supuesto no deseado -, se instalaran empresas precisamente donde nace nuestra agua-vida, por supuesto que la van a derivar hacia sus depósitos y si algo nos chorrea, ya estará sucia, envenenada. Hablan de técnicas de última generación que según ellos garantizan la no contaminación. No lo sé. Lamentablemente mi amigo Barboso ya no está en Kay Pacha para describirnos cómo están las regiones con actividad minera: la subida a San Mateo y Casapalca, la Oroya, Huancavelica. En Cerro de Pasco llaqta capunchu, los mártires pobladores están buscando otros espacios para reubicarse. Qué queda de lo que a manos llenas la Madre Naturaleza también puso en dichas regiones!... Y sobre todo: que nos cuente si los pobladores de esas zonas ahora están mejor que cuando llegaron los mineros, con más economía, mejor salud, etc…

Es cierto... Los patitas que están detrás de los “denuncios” mineros es probable que estén luciendo camionetas doble cabina último modelo y con toda clase de comodidades. Si se pronuncia más la actividad minera en nuestro pueblo, sin duda alguna, unos cuantos paisanos ya ni nos conocerán, porque andarán en carrazos ultramodernos, con chofer automático y todo eso. No faltará quien diga que estoy exagerando. Pero, si esto sigue así, en poquito tiempo de nuestra linda Andamarca sólo quedarán raídas fotografías que nuestros nietos algún día admirarán con añoranza. Pero de la belleza natural que hasta ahora nos privilegia y de los ingentes recursos animales y vegetales con que nos ha honrado la mano bondadosa del Buen Padre Dios, no quedará nada. En fin, nosotros estaremos ya en otra historia, y quienes nos sucedan en nuestro pueblo nos reprocharán por no haberlo sabido defender, como nos enseñaron nuestros mayores: con vigor y cultura andamarquina. Minchacunacama.