domingo, 26 de septiembre de 2010

CONVERSACIONES CON DON JOSE MARIA


Don Teófanes Froylán Gallegos Lara nació en San Juan de Lucanas, en 1913. El año 1920 conoció a José María Arguedas, porque éste fue a vivir allí. Durante cinco o seis inolvidables años, compartieron los mismos asientos durante las primeras experiencias escolares y, sobre todo, forjaron una amistad tan entrañable que sólo la muerte pudo truncar.

Don Teofita cumplió eficiente labor como profesor en mi pueblo. Con mis alumnos del Colegio Nacional de Andamarca (1975), dimos a conocer algunas estampas de sus vivencias con Arguedas, en un Boletín que editábamos a mimeógrafo. El artículo de marras, fue a su vez, reproducido por publicaciones de importancia universitaria y nacional. De aquellos años, he encontrado entre mis papeles, (salvados no sé cómo de la barbarie terrorista) algunos recuerdos de don Teófanes, referidos mayormente a la obra literaria de José María.

1. En la Revista RUNA, publicación del INC, en su edición Nº 6 de noviembre-diciembre de 1977, pg. 11, el señor Moisés Arroyo, dice lo siguiente: “José María Arguedas fugó de la casa paterna y se refugió en una hacienda que está en la provincia de Puquio, la hacienda Viseca… La abuela paterna de Arguedas casó en segundas nupcias con Peñafiel, propietario de Viseca…, por eso Arguedas corre a refugiarse con su abuela…, él era casi un autodidacta y su abuela fue su maestra y le enseñó a leer…”

DON TEOFA: NO!. Ni se fugó ni se refugió… José María, Pepe como le llamábamos, iba a Viseca de vez en cuando, a visitar a su tío don José Perea, que estaba casado con doña Zoila Peñafiel, una de las propietarias de la hacienda Viseca que está en los bajíos de San Juan. Don José Perea, era hermano del Dr. Víctor Manuel Arguedas, padre de José María. Eran hermanos de madre solamente. Y Zoila Peñafiel era hermana de Carlos Peñafiel, propietarios ambos de Viseca. Como a Pepe le gustaba mucho el campo, la siembra, estar con los peones, dormir en la chacra, siempre iba a Viseca… Estuvimos en la Escuela, aprendimos a leer y escribir con nuestra maestra Nieves Bedriñana y luego su hermana Estela. Nos llegamos a querer y comprender tanto que vivíamos como hermanos…

2. Sobre Rendón Willka, de “Todas las sangres”…

En la Escuela no había un Rendón. Sí había un Fermín Rendón, que vivía en el Barrio de Santa Bárbara. Pero no estudió en la Escuela, ni estuvo con nosotros…

3. Viseca y Justina…

Es muy cierto lo del cuento “Warma Kuyay”. El se enamoró de la Justina, la sirviente de don Carlos. El estaba locamente enamorado, pues era sumamente romántico y, al ver que el peón (el Kutu) le hacía los amores, él sufría sin poder hacer nada, porque ante un hombre… El era todavía un niño. Sin embargo, estaba enamorado. Por eso cantaba: “Noche de luna en la quebrada de Viseca, pobre palomita por dónde has venido, buscando la arena, por Dios, por los suelos…” El Witron era una construcción hecha de piedras de alaymosca, en forma de un cuadrado como un depósito, donde se guardaba la paja, la chala, etc…

4. Lucanas india, mamay doña Caytanaman…


Doña Cayetana era la sirvienta de doña Grimanesa Arangoitia, casada con don Víctor Manuel Arguedas. Cayetana lo quería bastante a José María, lo atendía, lo hacía comer en la cocina. Cayetana siempre velaba por ellos, por su hermano Arístides más. Posteriormente, José María nunca se olvidó de Cayetana… Le enviaba sus libros para que vendiéndolos pudiera mantenerse. Igual le mandaba regalos. Siempre le guardó un afecto especial. Yo mismo fui conductor de sus regalos para Cayetana, en algunas ocasiones.

5. Manifestaciones artísticas…

Veíamos los Danzantes de tijeras desde niños. Pasábamos hasta noches enteras tras de ellos. El, tenía un afecto y una afición tremenda, como la tengo yo hasta ahora… Había un danzante que se llamaba Rasu Ñiti. No era de Puquio ni de Chilques, era un famoso danzante… Supongo que se inspiró en él para escribir “La agonía de Rasu Ñiti”…

6. Teofacha y su vaca, la “Gringacha”…

Bueno, es cierto que yo tenía la vaca “Gringacha”. La vaca hacía daño a veces y la llevaban al coso o al corral de la dueña de los pastales, doña Grimanesa. Muchas veces, yo invitaba a José María a tomar leche a mi casa y, como él dice, arreábamos a la Gringacha, por un camino llamado Oqe Oqe y subíamos la cuesta agarrándonos de su cola…

7. Arguedas, alumno…

Era juguetón, muy reilón. Sirempre estaba riéndose, siempre alegre, en los paseos, en el “cuchi mansay”… Dentro de clase éramos, por entonces, más serios, más formales, había más disciplina, claro que un poco traviesos, pero no tanto… Posiblemente, él guardaría sus sentimientos para sus adentros, pero a solas, o cuando conversaba conmigo o con su hermano. En la escuela, era siempre juguetón, reilón, cualidad que siempre tuvo hasta los últimos días de su vida. Posiblemente, él en sus adentros sufría por esa vida de huérfano… Jugábamos tartafondo, el wikullo, el mundo, el payaso, las espiguas. También se trompeaba algunas veces. Ganaba, también perdía… Era amante al box. Inclusive, cuando años más tarde, regresó a Puquio, me regaló un par de guantes y me enseñó un poco de boxeo, ciertas poses, maneras de boxear… Le gustaba el box. En Lima siempre estaba en las peleas internacionales, sabía los pesos y todas esas cosas del deporte de los puños…

8. El paisaje: San Juan…

San Juan es un distrito muy antiguo, antes capital de la provincia de Lucanas… Tiene varios anexos, que son: Aqola, Uteq y Pampahuasi que está en las punas… Como sitios pintorescos: Santa Bárbara, que es una pequeña colina que está junto al pueblo, donde íbamos de paseo. Viseca es una hacienda de los hermanos Peñafiel, que está en los bajíos, aún más abajo que el pueblo de Uteq, donde actualmente están las minas… La pampa de Uteq que era el granero de San Juan, producía muy buen maíz. Actualmente toda esta pampa está cubierta de relave… Esa pampa tan hermosa, una tierra ubérrima…

9. El Reparto de Aguas…

El Repartidor de Aguas o Mandón, era uno solo para todo el año. Todos los domingos, en la plaza de Armas, repartía el agua para la semana. Todos los regantes iban a pedir agua, como actualmente todavía se hace en Puquio, Lucanas y otros pueblos… Todos se disputaban. Era un bullicio tremendo. Como también mi mamá iba a pedir agua, estábamos siempre viendo con José María, su hermano Arístides y otros muchachos de la escuela… Realmente, que haya muerto Pantaleoncha, Pantacha como le decíamos nosotros, en algún Reparto de Aguas, no. Es un personaje real, por supuesto. No era escolero. Era un comunero de Aqola, se llamaba Pantaleón Montoya. Era muy hablador. Siempre andaba con los curas. Antes iban a lomo de bestia hasta Huamanga… Una vez, después de esos viajes, Pantacha regresó diciendo: “Ya soy Párroco de Luricocha, así es que soy cura”. Era muy gracioso, conversador… Todo cura que llegaba, él se presentaba inmediatamente, era muy servicial…

10. La separación…

José María salió primero de San Juan… Como su padre fue cambiado de la Judicatura, se marcharon, pero no me dijo a dónde… Su esposa se quedó, no viajó con ellos; como tenía sus propiedades, sus chacras… Ella murió últimamente en Lima. Conoció, por supuesto que conoció la fama de Arguedas como escritor e intelectual… Ya jovencito, yo visitaba a la señora. Era muy buena conmigo…

11. El reencuentro en Lima…

Yo contaba más o menos con 22 ó 23 años, Pepe era mayor que yo por dos años… No me refirió dónde había estado todos esos años… Sé que estudió en Abancay, después en Ica y finalmente, en San Marcos, en Lima… Yo integraba, como quenista, un Conjunto de música folklórica. Tocábamos en Radio Nacional y Radio Central. José María siempre andaba con nosotros, aconsejándonos, guiándonos y representándonos… Cantaba. Nunca bebía licor, aún cuando era capaz de amanecerse, haciendo música con nosotros…

12. Recuerdos, recuerdos, recuerdos…

Yo conocí al Dr. Víctor Manuel, su padre. Una vez, fue a mi casa, en compañía del cura Marcelino Prado, a felicitar a mi mamá por un discurso muy elocuente que yo había pronunciado, sin jactancia. Siempre Arístides, Pepe y yo, como también los otros muchachos, interveníamos en las actuaciones… Ya la profesora sabe quiénes son los más predispuestos, ¿no?... Arístides era más aficionado a escribir. Hacíamos composiciones, cuentos, etc. Lamentablemente, no guardo nada de esa época… También Bankucha salía en las actuaciones, de modo que no sólo descollaba como wikullero… También nosotros le ganábamos en las competencias, para atravesar con el wikullo el río Wallpamayo desde Wanupata, o también el eucalipto… Había un altísimo eucalipto en el cementerio. Desde la esquina debíamos arrojar el wikullo… Unas veces ganaba Pepe, otras yo o Bankucha… Lo de “wiksa” (barrigón) le decía Bankucha, no porque fuera gordito. Pepe tenía una contextura media, ni gordo ni flaco. Wiksa es un insulto quechua que se dice a los chicos, como decirle “punsa”… Pablo o Felipe Maywa, era cornetero. Era de Aqola. Puza era de Uteq. Eran los comuneros más caracterizados y circunspectos de su grupo. Siempre tratábamos con ellos. Tal vez por eso los recuerda en “Los ríos profundos”. La rivalidad entre comunidades solamente se daba en las fiestas. En los danzantes, por ejemplo, los de Aqola sacaban un atajo. Entonces, había un contrapunteo con el atajo de San Juan. “Señoaqola” les decíamos. Ellos eran muy guapos, muy impetuosos, venían con sus danzantes, muy desafiantes. Pero, ello ocurría solamente en las fiestas, como repito…
Los Peñafiel de Viseca, eran de procedencia ecuatoriana, por eso les decíamos “monos”… en nuestros encuentros en Lima, a José María le gustaba mucho hablar y cantar en quechua. Sobre todo, los insultos en quechua eran su especialidad. Era todo un maestro. Tenía una gran colección de tales insultos… a mí, me ganaba siempre…