sábado, 20 de noviembre de 2010

ANDAMARCA VIVE LA FIESTA DEL DANSAQ


Con el entusiasmo y el espíritu solidario que le es característico, el pueblo de Andamarca (Lucanas-Ayacucho) vive muy a su manera la legítima alegría de conocer que su expresión artística mayor ha sido reconocida por el mundo. En un principio sólo fueron rumores; pero al confirmarse la noticia cundió la espontánea alegría e inundó calles y plazas. Hoy, 18 de noviembre, los andamarquinos niños, jóvenes o ancianos, hombres y mujeres, han hecho un alto en sus tareas cotidianas y se han unido al festejo formando un séquito espectacular al despliegue de ocho dansaq andamarquinos, y sus respectivos maestros arpistas y violinistas. Una vez más, el canto melodioso de sus tijeras ha vencido los espacios en alas del mágico canto de la Danza de las tijeras.

No ha habido cargontes o “maisos” ahora, tampoco contratos ni “barras bravas”. El pueblo sencillo, laborioso está bailando con sus dansaq en esta viva demostración de que efectivamente la danza de las tijeras viene enraizada desde siglos en el alma andamarquina y las generaciones cuidan con celoso afán herencia tan magnífica como propia y consustancial.

El andamarquino exige que su dansaq le exponga danza, baile cadencioso, imaginativo y creador. El cuerpo es apenas el dócil instrumento con el que el dansaq teje filigranas llenas de armonía y color. El dansaq andamarquino sabe que cada “estación” tiene sus propios cánones y no se puede permitir licencias ni mezclas fuera de contexto. El “ensayo” tiene sus propios pasos o “tusuda”, igual que la “patara” o el “siu sau” o el “tipac tipac” y el “wallpa waqay”, entre otras. Y sólo cuando las “estaciones” han sido cumplidas, entonces ha aligerado sus vestimentas y ha demostrado fuerza y desprecio al dolor compitiendo hidalgamente en la estación de la “prueba”. La culminación del “atipanacuy” se ha dado en la “pasta”.

En esta ocasión, no han desafiado a la torre. Tal reto está reservado para el mes de agosto, cuando el agua nueva llegue a fecundar los campos hasta ahora mustios y macilentos, porque este año, injustificadamente, se ha condenado al pueblo a una sequía perniciosa so pretexto de mejorar el canal de Negromayo. Algún día, los culpables tendrán que enfrentar su gravísima responsabilidad. Pero, esto es harina de otro costal. Ya hablaremos.

La alegría ha sido mayor cuando todos hemos confluido en la cuadra seis de nuestra calle central, al frente mismo de la Escuela de Varones donde el entusiasta Chuspicha, maestro dansaq de los buenos, está inaugurando su “Museo de la Danza de las Tijeras”, como complemento natural de su “Escuela de Danzantes de Tijeras”, laudable iniciativa privada que debiera ser realzada e imitada, y sobre todo ayudada, porque él las sustenta con sus estrecheces y exiguos recursos.

No ha pasado tanto tiempo como para olvidar que los andamarquinos, desde ADETURC y nuestro Municipio, solicitamos que los organismos estatales otorgaran un reconocimiento oficial a nuestra Fiesta del Agua y a nuestra Danza de las Tijeras. Cuando el INC nos entregó las Resoluciones Directorales Nº 362 y 363 el año 2005, declarando como Patrimonio Cultural de la Nación a ambas expresiones de la cultura del pueblo, en la legítima alegría que vivimos como ahora, sabíamos que tal distinción no iba a quedar ahí. Sabíamos que se iba a seguir caminando. Y ahí está el resultado: el mundo reconoce a nuestra Danza de las Tijeras. ¿Maimi aqallayquipas maqlla capataz?.

Hoy, mientras seguimos bebiendo del arte singular de estos ocho jóvenes danzaq, en la cadencia de su pasos, en el canto alegre de sus tijeras y en su vigor desafiante, sentimos que, como en sus mejores tiempos, se han unido al enorme cortejo maestros de entrañable recuerdo como el viejo “saqa” Saturno Ramos, Jacinto Flores, Ignacio Inca, Simón Inca “Panqa”, Daniel, Emilio y Nicolás Inca, el “misti” Mariano Ramos, Romualdo Ramos, Alejo Huamaní, Saturno Damián, Víctor Inca, Bernabé Huamaní “Qechele” y tantos otros que dieron nombradía y pasearon por todos los pueblos, con distinción y sapiencia, los quilates de la escuela andamarquina, en el arte inmortal de la Danza de las tijeras.

2 comentarios:

Efrain Cupe Oropeza dijo...

Mi homenaje al Gran CIRILO INCA, maestro Danzacc que bailó en el cargo de mi padre Román Cupe Pariona (1964) en Cabana Sur, último año que subió a la torre y se paró de cabeza, luego descendió por una soga, antes dejó su cuartito de trago que nadie lo tocó era el único que subía a la torre de la iglesia de Cabana Sur.

Don Walber dijo...

Si pues; meritorio la alegria de todos los Andamarquinos por este reconocimineto de la UNESCO y grato saber que hoy dia Ud y demas andamarquinos tiene una cita con el Ministro de Cultura Dr. Juan Ossio Acuña, pues entonces tengan la sabiduria necesaria para tal parlarikuy y los electos Alcalde de Andamarca, como el regidor metropolitano Cayo Tito Quillas esten en la Hra señalada conjuntamente con los directivos de Ica y Lima, tambien el representante de Adeturc, y se tenga buenas Noticias para la Capital Historicas de Los Rucanas, CONMIGO SERA HASTA PRONTO!