viernes, 6 de enero de 2012

CRONICAS DE FIN DE AÑO


Han corrido los días, casi ni habíamos reparado en el raído almanaque pegado en la pared: estábamos en el último mes del año 2011, con su hermoso mensaje de las Fiestas de Navidad. Unos días después, llegaría con todo el nuevo año 2012.

Para los andamarquinos, Diciembre es un mes particularmente especial porque, poco a poco, el singular homenaje al Niño Víctor en la Fiesta navideña ha adquirido dimensiones realmente notables. Andamarca ha tenido escasa historia religiosa católica. Es sabido que los españoles no anduvieron muy felices por aquí: la concepción en extremo rebelde del andamarquino impidió el afincamiento de elementos extraños en su territorio. Por eso, cuando se habló del retorno de los dioses nativos, el movimiento del Taki Onqoy tomó inusitada fuerza local y se propagó velozmente en toda la región.

Es incuestionable, sin embargo, que los misioneros y los evangelizadores buscaron enraizar su mensaje y cuando los inmigrantes mestizos venidos de San Juan de Lucanas se afincaron en tierras andamarquinas a finales del 800, encontraron débiles manifestaciones de catolicismo. Se refiere, por ejemplo, que en Antara, existía una pequeña capilla con techo de ischu que al poco tiempo se incendió por razones desconocidas. Los nuevos vecinos, por supuesto, traían concepciones religiosas bastante enraizadas que procuraron manifestar en su nueva estancia. Por eso, activaron los mecanismos locales y construyeron la nueva Iglesia, ubicada esta vez en la Plaza de armas, con trabajo especializado de los ingenieros locales. Algunos años después, pudo concluirse la construcción de su gigantesca Torre, a base de piedra sillar o cheqo, acarreada en hombros desde las canteras de Huaqesa. En el frontis de la Iglesia se lee: “Este Bolteo es hecho por el Maestro Valentín Quillas Zenén Flores Andamarca 20 de Octubre 1913. Párroco Doctor Macelino Prado. Siendo Ecónomo Nicanor Inca. Cabecilla Clemente Inca, Asunto O. Fidel Medina. Santiago Flores. Mingo Días. Cabecilla Jacinto Flores. Jorge Cupe. Santos Flores A.” (Ojo andamarquinos: el próximo año nuestra Iglesia va a cumplir cien años…)
Y en el de la torre, dice: “Empeñado por el S. Juez J. Carbajal. Trabajado por el Maestro Arquitecto D. Calixto Quispe en el año 1931. M. Ayudante Z. Flores. Siendo A.M.D. Francisco Tito F. y el Teni G.D. Andrés Ramos”.

Por esos años, los recién llegados sacerdotes franceses y suizos de la Congregación de Misioneros Redentoristas establecieron un convento en la ciudad de Coracora.
En cumplimiento de su misión evangelizadora salían a los pueblos vecinos y desde que conocieron Andamarca asistieron a su feligresía por largos años, sobre todo en las fiestas principales como las de Semana Santa y Navidad. Hasta la actualidad persisten algunas de sus enseñanzas como las reuniones de culto, los rezos y las canciones que sus discípulos locales los cantores, aprendieron y difundieron cuando ellos no estaban. Por ejemplo, en las ceremonias fúnebres, hasta ahora recitan responsos y jaculatorias, aún en idioma latino. Lo fenomenal es que los padrecitos modernos ya no estudian ni conocen el latín y no lo usan ni para el “Dominus vobiscum” de las misas. Los días miércoles y domingo de todas las semanas de todo el año, a las tres de la mañana, la feligresía se reúne en el templo para rezar la Lotrina y llevar la procesión de la Santísima Cruz por la plaza de armas, con repique de campanas. Es una práctica religiosa organizada por los Redentoristas. Recordaremos que un miembro de la familia Flores de Millopampa profesó y vivió como Hermano Coadjutor en esta Congregación hasta su fallecimiento en el Convento del Rímac en Lima.

El Niño Víctor llega a Andamarca más o menos en 1920, por iniciativa de uno de los inmigrantes sanjuaninos, don Braulio Canales. Viajaba por los pueblos vecinos en afanes comerciales y en Chiara de Apurímac conoció efigie tan especial y luego de entendimientos con sus propietarios pudo traerla al pueblo. En su domicilio, el Niño era visitado por los familiares más cercanos y los círculos de allegados. En poco tiempo, la bondad de su presencia se fue encarnando en la conciencia popular a punto tal que fue necesario organizar formas de culto con participación de todos los sectores. Establecieron que la fecha más apropiada para su celebración, era la Navidad. No se trataba sin embargo de un Niño recién nacido, en una cunita o en brazos de su Madre. Era ya un niño erguido, caminante y que sabía hablar. Los llegados de San Juan habían traído el culto al Niño Jesús de Praga, y como se trataba del mismo Niño Dios, se entronizó al Niño Víctor. Diversos pueblos rinden culto al Niño Dios con denominaciones locales como el Niño Pensamiento en Parinacochas, o el Niño Terremotito en Arequipa.

Los oficios religiosos eran muy esporádicos en Andamarca porque el sacerdote no vivía en el pueblo. Por ello, el Templo permanecía cerrado casi permanentemente. Si se dejaba al Niño en alguno de sus altares, no iba a ser posible visitarlo con frecuencia. Por ello, el Niño vive con sus fieles y se establecen turnos para que todos ganen la oportunidad de contar con tan digno huésped. El anfitrión, por supuesto, prepara el mejor ambiente en su vivienda y procura brindarle la mejor atención. La feligresía visita al Niño sin restricción alguna de fechas y horarios.

Por esos años y hasta la actualidad, los pueblos celebran las fiestas de Navidad con las canciones y bailes de las Waylías y los machoq o pastores de puna. Ellas son agraciadas jóvenes lujosamente vestidas, que bailan y cantan con el acompañamiento del arpa y el violín. La azucena que llevan en una mano, profusamente adornada con cintillos de colores y pequeñas campanillas, acompañan los versos sentidos adaptados a los harawis ancestrales. Los machoq llegan de las punas con sus chalinas, sus sombreros hechos con alas de cóndor, con un bastón de pastor en una mano y unas sonajas que acompasan sus cadenciosos movimientos amplificados en unos zuecos altos de madera que atan a sus pies. Las familias mestizas que fueron las primeras en organizar el culto al Niño Víctor, empezaron a organizar la fiesta con sus propios medios. Por eso, los varones se vestían de machoq o pastores y sus hijas, esposas o vecinas, bailaban como waylías. Para dar la máxima solemnidad a la Festividad del Niño se pensó en copiar los modelos de las grandes capitales como Huamanga y organizaron la entrada del chamizo, que es la retama, acarreada desde los bajíos de Huantaymisa en piaras de mulos, llamas y burros. El cargamento era y es recibido apoteósicamente en Antara con Banda de Músicos y con caballería lujosamente enjaezada. El Niño Víctor, ataviado con sus mejores galas, encabeza el júbilo popular, en brazos de sus Mayordomos. Las dos inmensas fogatas encendidas a medianoche iluminan los cielos hasta el amanecer. Los machoqs o pastores y sus waylías, entonan con más emoción que nunca sentidas canciones navideñas o villancicos andinos. El gigantesco homenaje al Niño Víctor es encomendado a la devoción de fieles devotos voluntarios que se obligan a pasar cargos. El Mayordomo atiende al Niño en su domicilio durante el año y se despide de él con su gran fiesta. Además, participan los cargos de Adornante, dos chamiceros y dos pastores.

La migración es una realidad social indetenible en nuestro país. La organización de colonias de andamarquinos residentes en diversos puntos del país se ha multiplicado. Por eso también y sobre todo en la última década, se han conformado Hermandades del Niño Víctor Poderoso, en ciudades como Lima, Ica, Cañete, Chilca y aledaños.
En estas Fiestas de Navidad estas Hermandades han coordinado los Homenajes al Niño Víctor y los señores Mayordomos y respectivos Cargontes han cumplido su parte con mucha entereza y mayor devoción, por supuesto. Naturalmente que el culto y el afecto al Niño ya ha rebasado los niveles locales. Ahora, se han sumado fieles originarios de otros pueblos y cumplen los cargos que asumen, con igual fe, cariño y responsabilidad. Nuestras congratulaciones y agradecimientos a todos los cargontes 2011. ¡Feliz Navidad y que el año 2012 traiga las mejores realizaciones para todos!.

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