viernes, 12 de diciembre de 2008

LA FIESTA DEL MAIZ III


Atendiendo sugerencias de buenos amigos vamos a complementar el relato, prestando atención a algunos detalles que si bien parecen nimios, tienen gran importancia.
• El plato central en todos los convidos o banquetes es la sopa de sarapela. El maíz hierve con cal y ceniza vertidas en cantidades proporcionales, hasta desprenderse de su cáscara. Entonces, los líquidos son desechados y se lava el maíz pelado que, entonces, está listo para saborearse en las ocasiones festivas, sazonado con papas, verduras y carne.
• Para preparar la chicha, se tuesta un puñado calculado de jora hasta que quede negro como café. Es el QATUI que se mezcla con la jora molida y cuando están hirviendo con agua suficiente, se les va añadiendo cáscaras de naranja, piña y similares. Luego se tamiza la mezcla y el líquido obtenido se envasa en los cántaros o puyñus o en las maqmas, enormes vasijas de arcilla. Antes del colado, podemos saborear, todavía calientitos, el Seqen y el upi.
• Los mejores granos obtenidos de la parte central de la mazorca son los escogidos para la semilla. Los que salen de la cabecera, como son más pequeños, son tostados para el aco o pito. Por supuesto que la semilla también está clasificada por colores y clase. Así, tenemos las uchu cullu, o las chulpi, o las amarillas o coloradas y negras. Las corontas se guardan para ser enterradas junto a las semillas en los surcos. Si no lo hiciéramos así, correríamos el peligro de una muy pobre producción, las mazorcas saldrían pequeñas y ponqas, ennegrecidas e infestadas de carbón, lo que, al mismo tiempo, sería un aviso de luto en la familia.
• En el rito inicial del tincay y el pagapay, antes de empezar la faena, es necesario que el agua saboree primero la chicha, para que se anime y la tierra de buenos frutos. Para esto rociamos un vaso de chicha a la paqcha o caída de agua y si no hubiera alguna en la chacra, lo asperjamos al espacio, en su dirección, mientras recitamos fervorosas advocaciones.
• En el almuerzo, además de la cancha, del puspu y sus complementos saborizantes, se sirve picante de papas. Cuando las nueras han cumplido con ofrecer el Chucu o doce variedades de platillos propios de la culinaria andamarquina, los suegros les retornarán los platillos llenos de cancha y puspu, en idéntica forma a como los recibieron, o sea unos sobre los otros.
• En el rito de la Qaurama hay que extremar los cuidados para no despegar los dos vasos superpuestos. El primer vaso en quedar vacío pasa inmediatamente a servir de base del segundo. Todo incumplimiento de las formalidades se penaliza obligando al infractor a beber licor en abundancia.
• La anciana que entona los harawis de siembra, no ha cesado en sus imprecaciones a las fuerzas superiores. En el Qaurama, por ejemplo recita:
“Ama mamallay tiyacullankichu,
Apuraullamá otqamullanki. TODOS UAYYYYYY…
Wawallaykim cacullani,
Llakisqachallam kidachcani. TODOS uayyyyyy
Ama mamallay tardamullankichu,
Qori pirwallam suyaycusunki. TODOS UAYYYYYY.
Oh, madre, no vas a quedarte sentada,
Vas a venir rápidamente.
Soy tu hijo
y estoy quedando con mucha pena.
Oh, madre, no vayas a demorar,
Te estará esperando un depósito de oro…”

• Los mayores refieren que, siguiendo costumbres ancestrales, la primera chacra donde se cumplía el Pitucuy era la de los santos de la Iglesia, ubicada en YAYANCHIK QATA, la cabecera oriental del pueblo, a pocos pasos de la plaza de armas. Aquí, los pitucuq eran los Mayordomos, y los Prebistes y varayoq (funcionarios de la jerarquía local), cumplían la responsabilidad de los masas y de las nueras. Los bueyes trabajadores podían lucir las banderitas en sus astas, como lo mostraban los de San Isidro en uno de los retablos de la Iglesia. Cumplida esta obligación, los ayllus iban organizando el sembrío, empezando desde el sector de Aqo, conforme el avance del agua de regadío.
• La responsabilidad del manejo de la taqlla o arado es muy seria: no todos están preparados para ello. Los surcos deben tender una línea paralela a la orilla del andén, continua y sin eses ni curvaturas. La reja se hundirá solamente el tamaño calculado en el arco formado entre sus dedos pulgar e índice, que asegure una perfecta colocación de la semilla. Por eso, después que ha trazado el primer surco, el gañán recoge un puñado de tierra movida desde la cabecera de su taqlla para desparramarla en las ancas de los toros. Al toro mayor le lanza la tierra con la mano izquierda y al menor, con la derecha, mientras les invoca: “Taytallay misti curacha”. “Señorcito, curita mestizo”.
El febril e incansable movimiento de las mujeres con la panta o millwina es acompañado, de igual forma, con emotivos versos entonados por la matrona:
“Yana yacupa llamllancuna,
San Isidro labradorniyoq,
Santa Isabel moqoqniyoq,
San Mateo pusaqniyoq;
Ñam cunanqa qellpuycunchikña
Qori kerauchapi almedonay
Huarmichata; qasallapaqpas, wayrallapaqpas,
Reylla qewa almadayoqta,
Acetona rapi pampanayoqta….. UAYYYYYYY.
Quienes caminamos acompañando al agua:
Con nuestro labrador San Isidro,
Y Santa Isabel la sembradora,
Y San Mateo el guía,
Hoy hemos acobijado
En su cuna de oro a la
Pequeña criatura mujer; no importa si
Es para la helada o para el viento,
Lo hemos acurrucado en su almohadita
De hierbas reales,
Con su colchita de ramas de acetona. UAYYYYYY. “…

1 comentario:

Don Walber dijo...

Saranchik Raycuª Hola maestro, como le va el arte Culinario de la musica, allim sarataya Cachucuy y ponga ud su repertorio como si dicen antes que nos llegue la trampa, Dicen en losmercados que no hay maiz para la Chicha morada, no crees que siquiera eso deben incentibar los paisanos a ver si asi se gana alguito mas y si asi se cantaria saracha parhuay parhuacha.
Bueno embajador en la cidad blanca ahi nos comunicamos y esperamos TAQUIS AUN QUE SEA Aya taqui, pero con mucha Respetacion.