martes, 15 de septiembre de 2009

SEPASCUNA, MAQTACUNA: ¡ QAYRACAMUSUN!


Estuvimos en Andamarca y participamos de la Gran Fiesta del Agua. Felizmente, logramos hacernos un espacio para viajar y beber de las inagotables fuentes de vida que siempre encontramos allí. Claro que las oscuras fuerzas de la "modernización" "chichización" y demás artificios, están horadando sin remedio las bases y fundamentos de la riquísima cultura popular andamarquina. Con angustia, me sigo preguntando qué va quedando de la ritualidad y de la vívida relación del andamarquino con su madre naturaleza. ¿Quedará algo de esta riquísima veta dentro de algunos años?...
Permítanme, amigos, compartir algo que escribiéramos hace un tiempo ya, y que se incluye en mi libro "Cirilo Dansaq, Conversaciones con un Maestro". (2005).

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Es incontenible el ir y venir de las gentes, porque Andamarca está viviendo mayúsculos acontecimientos. El espíritu se muestra renovado. Las miradas ansiosas de las gentes muestran a las claras que todos están preparándose y esperan con inusitada ansiedad.

Y es que los días dos de agosto de cada año, la Madre Tierra se abre después de su merecido descanso al haber entregado la cosecha en mayo y, ahora, se alista para la fecundación.
A partir de tal fecha, la Comunidad andamarquina ha vivido una enfebrecida gama de actividades preparatorias. La emoción compartida ha ido en aumento conforme se iba acercando el Día Central. Es que va a llegar la sangre ungida de los Wamanis, el agua nueva que es vida y va a fecundar los campos de maíz.

Para prepararle el mejor camino, todos los días, las gentes han recorrido distancias para llegar al Barrio o sector de cultivo, han homenajeado al santo Patrono y han entregado también sus ofrendas o “pagapas” a los Aukis y Wamanis. A continuación, hombres y mujeres, maqtas y pasñas, han limpiado las acequias y los estanques, jugando sin descanso, echándose barro o empujándose al lodo. Han retornado por las noches, irreconocibles, entonando canciones al compás de una tinya. El repique de las campanas ha anunciado que llegaron ya al atrio de la Iglesia, ahitos de contento y de alcohol. En las casas, el comentario es el mismo:

 Ya bajó el “Ulluscha” de Choqoyso, o de Alacena, o de Curwa.

El hermoso valle en el que se asienta el pueblo de Andamarca posee características muy propias. Las viviendas agrupadas en cuadriláteros ocupan el centro de la planísima mesa y desde allí crecen las andenerías a todos lados, en un concierto sin límites ni medida. El río Negromayo lo atraviesa de sur a norte y lo divide. Las canteras maiceras se ubican en ambas bandas: la oriental se llama “Chimpa” y es irrigada por las aguas del río Visca y de los surtidores de Orqo y Kinualla. Su cuidado y protección están encomendados a Santa Rosa de Lima. La occidental, llamada Toma o Negro Mayo, más amplia, se sirve de las aguas del río del mismo nombre, así como de las de la laguna de Yarpu, y San Isidro Labrador debe esmerarse por entregar buena producción en las cosechas de cada año.
En dichos sectores, -claro está-, se ubican los “Barrios” con sus chacras y pastizales y todos se encomiendan a un Protector católico: Señor Custodio, San Francisco, el Niño Reyes, San Santiago, San Pedro. También están: la Virgen Concebida, Mamacha Encarnación, Virgen de las Nieves o Candelaria. Un Mayordomo se encarga de atenderlos por un año y rendirles honores en su día. Para ello, está organizado el servicio de las“muñidoras” o “muñecas”, jóvenes que lavarán las vestimentas de los santos y renovarán las flores de su altar, en el templo.

Agosto se termina muy rápidamente en estos afanes, el júbilo popular se desborda y la alegría brota a raudales por donde se mire. Desde el día 22, de a pocos, han ido apareciendo y ya están en la calles todas las “invenciones”, que son números artísticos o juegos de roles estelarizados por los mismos comuneros.

La población vive con creciente fervor la fiesta. Apenas escucha las cadencias musicales y el brillo de las tijeras, sale a las puertas de sus casas y admira el cortejo. En las esquinas, los Dansaq saludan, mientras todavía lejos, aparece un grupo muy movedizo que avanza aceleradamente. Son los “Negritos”. Efectivamente, son tan negros que los ojos parecen hoyuelos sanguinolentos, visten estrafalariamente, arrastran sus chalinas y las macoras de paja se sostienen con las justas, por lo gastadas. Cargan a sus hijos en unos “kiraw” o cunitas de caña, tocan sus rondines sin ton ni son y entonan canciones incomprensibles. No están quietos nunca, siempre están corriendo. Las pobres “despenseras o servicio” tienen que hacer enormes esfuerzos para no quedarse a medio camino. Sus cargontes son los Ñawin, jóvenes recién casados que reparten Waylla Ischu y Raki Raki, “el hombrecito y la mujercita”, ischu y flores que han cargado desde las lagunas altas. El recorrido de los “Negritos” debe ser ágil, movedizo, porque así caminará el agua para alcanzar a todos los campos de cultivo. Por esta razón, el cargo es cumplido por los jóvenes desposados, pues están en capacidad de desplegar el sostenido trajín físico.

Los señores cargontes, comuneros responsables de la organización de la Fiesta y todas sus invenciones, comparten ahora los primeros bancos del Templo vestidos de gala. Pareciera haberse establecido un concurso entre ellos, por la vistosidad de las bandas bordadas que lucen, rodeándoles el torso. El Ministro se esfuerza por brindar máxima solemnidad a la Misa ofrecida en homenaje a San Isidro Labrador. El desvencijado melodio acompaña al viejo cantor en plegarias que la feligresía repite. Durante la Consagración, la Banda de músicos ofrecida por el Mayordomo ha remecido las paredes del templo con la Marcha de Banderas.

La algarabía de las campanas y el estallido de los cohetes han magnificado la solemnidad de la procesión, que hace una parada en cada una de las esquinas de la Plaza. El Santo Labrador ha paseado en su enorme anda armada con eucalipto y carrizo, profusamente adornada con encajes de cera, velas y flores naturales, preparados especialmente bajo la responsabilidad del señor Adornante. El Arador o Machu ha organizado su “Pitukuy” o siembra de maíz, en un andén de las inmediaciones del Reservorio de Totora donde, luego, el sacerdote bendecirá el agua nueva. Ha trazado algunos surcos con su arado, mientras su “vieja” lo ha seguido, depositando las semillas de maíz. Después, han degustado el “Chuku”, serie de platillos que comparten con todos los acompañantes. Entretanto, bordeando el estanque, marcha un contingente de “reclutas”. Fueron “llamados al servicio militar obligatorio” en carteles pegados a las paredes desde el día anterior y han sido “levados” por el Chaski, donde hubieren sido encontrados. Atados con una soga, obedecen los incansables “¡descanso, atención, firmes carago, el mirada al friente, marchan on, dos, on dos!”, y reciben trago como premio.

El andamarquino que vive en las punas, no puede estar ausente, porque también se alimenta del maíz que habrá de germinar con el agua nueva. El “michikuq” o dueño de “canchas” (1) ha llegado con su poncho de villa y pasamontañas. Sus “paqos” o alpacas bailan al compás de las esquelas que cuelgan de sus cuellos, mientras las vaqueritas, agraciadas pasñas, cubiertas con mantas de lana de oveja, entonan canciones alusivas. No hay que perder de vista al “michikuq”, porque es “sallqa” (2), no conoce nada de la civilización y no respeta a nadie. Nos puede propinar un fuerte latigazo con la punta humedecida de su pesadísimo poncho.
Los Dansaq, están poniendo también su parte. Es el turno de los “segundas” o suplentes, porque el titular o “primera”, está guardándose para la prueba central.

Todas las invenciones muy ordenadas, con sus cargontes, forman el cortejo que acompaña al sacerdote, mientras bendice las aguas, recorriendo las orillas del estanque. Finalmente, siempre con su incomprensible discurso en latín, también bendecirá las semillas.

 Sabías, don Carlitos, que un año, cuando al Padre Miranda ya lo habían cambiado, vinieron unas monjas que querían reemplazarlo, hasta Misa querían hacer. “Kita Cura”, “China Cura”, le decía la gente?.... Estas señoras eran bravas, no permitían que se contratara sacerdote para la Fiesta, y la gente estaba amarga, decía que no habría buena cosecha, ¿”cómo pues china cura va bendecir agua en Totora?”, decían.

 Y, ¿cómo arreglaron, tuvieron que conformarse con la Bendición de la “china cura”?.

 Sí, pues, oiga. Y cuando estaba dando la vuelta bendiciendo, yo no sé cómo, laj, la monja se cayó al reservorio y se estaba ahogando, oiga. Felizmente estaban allí los Yakup Churin, los muchachos con alitas de totora que nadan como patillos… Ellos la auxiliaron y con las justas, pudieron sacarla. Ya se imaginará cómo terminó la Bendición. La gente se reía y pensaba que esa era la señal. Por eso, tuvimos que traer otro cura, para bendecir de verdad, cuando ya las monjas se habían ido.

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(1) CANCHA: Sector de pastoreo de auquénidos.
(2) SALLQA: No civilizado, hombre de puna.

1 comentario:

Don Walber dijo...

Imaynallam Maestro!!!!!
Claro que me acuerdo mucho el año 83 mes de agosto, cuando mi querido PADRE al parecer le havia pedido al señor para irse a su Reyno en un dia de alegria como era la fiesta de la Sequia Andamarquina.
Don Julia Puno, como le decian la mayoria del pueblo incluido los menores se fue el 23 de agosto y el 25 fue sepultado en el campo santo de Millupampa.
Y te acuerdas que las Monjitas se preparaban para hacer la misa del cuerpo presente ya que nuestro Hermano padre Miranda estaba prohivido de hacer misa alguna, y el dia 24 plan de casi las 4 de la tarde fuimos a casa de Padre Romulo cuando en nuetra querida plaza de nuestro pueblo havia el gran Atipanacuy de los danzacc.
Bueno Llegamos a casa del PADRE, y previo a los saludos y pesames del caso, como era su caracteristica no invito un remojado de guinda y con la amabilidad que lo caracteriza al Padre acepto nuestro pedido de hacerle la misa de cuerpo presente a mi Papà Q.P.D., y nos dice que sera plan de las 9.30 a.m, que vendria a mi casa para recoger o levantar el cadaver y asi llegar al templo.
Y fue asi, me acuerdo como si fuese Ayer y nos acompaño hasta Antara.
Tambien las Monjitas fueron a casa hacer el rezo y los canticos del caso en el velorio de la noche del 24 de agosto de 1,983.
Y ese accidente de la caida de una de ellas en Totora la verdad que no estaba informado.
Conmigo hasta pronto a ver si nos vemos en noviembre en la tierra santa para ver el proyecto del monumento al Inca Huascar.