sábado, 17 de octubre de 2009
LA FIESTA DEL MAIZ
ANTES, un consejito. En mis entregas anteriores quise informarles de la realización del III PATA TARPUY RAYMI en Andamarca, y con este fin, incluí los afiches promocionales y los trípticos explicativos del caso. No quedé muy tranquilo, sin embargo, porque con mis pequeñitos conocimientos en esto de las técnicas del INTERNET, no podía resolver el problema de darle mayor nitidez a los textos y fotografías. Mi distinguida amiga, la señora Luz Apaza me indica, muy amablemente, que solamenete hay que hacerle un "clik" sobre la imagen y asunto resuelto. Estoy seguro que mis amigos lectores conocen de estos truquitos, pero va la aclaración, por sí acaso. Gracias.
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Ya les comenté, distinguidos amigos, que en Andamarca se está organizando con el mayor entusiasmo la Fiesta del Sembrío del maíz.
Cuando, a pesar del deterioro y la irremediable destrucción que están sufriendo nuestros andenes en muchos sectores, descubrimos la enorme cantidad de trabajo desarrollado aquí para construirlos, surge espontánea la pregunta. ¿Acaso Andamarca tenía tal población que fue necesario ganar espacios aún a los más difíciles riscos y montañas?... ¿Cómo se explica la filigrana de andenerías en Parqacha?... Miles y miles de hombres, durante muchísimo tiempo alcanzaron esta plenitud, porque el maíz ganó altísimo y trascendente valor en la conciencia y la realidad general. No fue sólo el componente alimenticio del producto en sí, sino también y más, su irremplazable papel en las ceremonias y ritos, aún desde antes de la llegada de los incas.
Comprendemos entonces, porqué aún ahora la familia más modesta hace su PITUCUY. La chacra más escogida, la que merece los mejores cuidados, es la que se destina al cultivo del maíz. Y, llegada la oportunidad, no vamos a sembrar el maíz de la manera más rápida, como caiga. Vamos a sembrar el maíz con el PITUCUY como lo hicieron siempre nuestros mayores: con canciones, con flores, con enorme alegría y la participación general de los ayllus y amigos.
Esta es una de las hermosas tradiciones que mi pueblo conserva. Siempre he procurado alertar por la incesante invasión de la “chichería” o chabacanería, que por efectos de una mal entendida modernización aprovecha cualquier resquicio y se mete cual garrapata donde no le llaman. Por eso, he acogido con entusiasmo esta iniciativa de la ADETURC para volver a organizar este evento público, como ya se había realizado en dos oportunidades anteriores.
Todos colaboraremos para que esta fiesta grupal, resulte como siempre los andamarquinos lo hemos sabido hacer. Se afinan todos los detalles. Por ejemplo, todos los personajes, hombres, mujeres, niños o mayores, deberán lucir indumentaria típica del lugar. Nada de politos, ni bucitos, ni puputis al aire. Las mujeres con monillo y centro o wali , sombrero y lliclla. Los hombres con wara, chaleco, loqo y usutas. Todos con sus herramientas, no hay mirones con manos en los bolsillos.
Anímese, amigo, dese una vueltecita por Andamarca entre el 5 y el 8 de noviembre próximo. Vamos a pasarla bien.
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