lunes, 27 de febrero de 2012

LAYQADAS MISTERIOSAMENTE CURIOSAS


Un sentimiento de emoción general rebalsa los muros del pueblo. Un año más ha caminado y, de pronto, las delegaciones de los clubes organizados en ciudades de la costa ya están llenando de color las calles y plazas del pueblo. Los andamarquinos tienen la virtud de buscarse y juntarse en los lugares donde les toque vivir. Organizan sus maneras de convivencia, participan en sus fiestas familiares, y – cómo no -, solemnizan con todo las celebraciones tradicionales al puro estilo de la santa tierra. En Navidad, que es la Fiesta del Niño Víctor, las plazas de Lima, o de Ica, o de Cañete, o de Mala o de Chilca han acogido el sabor y el color de las costumbres y las ritualidades, al mismo estilo de Andamarca. Los clubes o asociaciones de significación local, cuentan ahora, con filiales en dichas localidades y acostumbran realizar visitas al pueblo madre en oportunidades significativas. Estas organizaciones, pequeñas al principio, tienen ahora una personalidad que los distingue, crece el número de sus asociados y la calidad organizativa es de primera. Cuentan con Estatutos, eligen su Junta Directiva, y demás. Han llegado las Fiestas Patrias, y es la oportunidad para vivir el más caracterizado campeonato de futbol del mundo.

Desde el 20 de Julio de cada año, Andamarca vivía los diez días futboleros más intensos de la historia, porque un mínimo de 20 equipos disputaban el preciado Título, en una sola cancha, guerreando todos contra todos. Era necesario programar no menos de diez partidos diarios, de una hora de duración cada uno y las intensas jornadas no paraban un minuto, desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde. No resultaba extraño que según el rol de encuentros, algunos elencos jugaran dos y hasta tres partidos en el mismo día. Todo el pueblo se trasladaba a Millopampa, el barrio donde se ubica el Estadio. Todavía no había Televisión ni celulares ni internet, de manera que las andamarquinas cumplían con calidez sus responsabilidades; pero durante este período, iban a ordeñar sus vacas de madrugadita, así como los varones a resolver los quehaceres de la chacra. A la hora convenida, todos estábamos corriendo tras la pelota o alentando a nuestros representativos. Quien llegaba a Andamarca en estos días, encontraba casi un pueblo fantasma, apenas algunas viejitas asomaban en el umbral de sus casas. Había que llegar al extremo norte para advertir la enorme algarabía popular.

Algunos años estuve a cargo de la Liga de Fútbol y organizamos los torneos de mayor nombradía, y ello fue posible porque se contó con un personal decidido a cumplir sus funciones con enorme responsabilidad y contracción.

- Yau, don Carlos. Imaynataq kay. Alcaqa allinchachiki au?. Chay pelota qaytaqkunaqa Alcallapapichus casqa?... (Oiga don Carlos, ¿cómo es esto?... La (sra) Alca debe ser buenaza, no?... Porque me parece que los futbolistas están donde ella nomás...
- ¿Imaynampi?... (¿Cómo así?).
- Manaraq carrumantapas allintaqa uraycamuchcancuchu, Alcapaman defrente pasancu. ¿Llapallantachu Alcaqa ganachinqa?.. (Ni siquiera han terminado de desembarcar del carro, directo se van donde Alca… ¿Será que Alca les va a hacer ganar a todos?)...

Efectivamente, quienes no las tenían todas consigo eran los responsables de los clubes contendientes, sobre todo los venidos de la costa. Había quienes llegaban dos o tres días antes de la inauguración para ver el tema logístico, pero sobre todo para solicitar sesiones especiales con Alca.

Alca, era el apelativo de una mujer un poco mayor, con un ojo malogrado y que tenía la fama de ser entendida en las artes ocultas del chamanismo y los pactos secretos. También hacía curanderismo. Si se perdía el animalito…, directo donde Alca, quien hacía el seguimiento con sus aditamentos especiales, y te orientaba para ubicarlo o pescar a los ladrones. Claro que tampoco faltaban los amarres, los pagos de amores no correspondidos y los arreglos de la suerte. Todo esto era parte del run run popular. Desconozco los grados de aciertos, resultados felices o fatales.

La oficina de Alca, pues, se colmaba de visitantes en estos días deportivos. Todos iban a lo mismo: a que Alca les haga un trabajito secreto para que su equipo de fútbol triunfe sin reparos, lo cual involucraba la necesaria derrota del rival. Alca, igual: les hacía los trabajitos a ambos y todos felices. Inclusive, los representantes intercambiaban opiniones en la antesala, aún cuando les tocara enfrentarse horas más tarde.

- ¿Cuánto te está cobrando la señora, creo que me está agarrando…?

Alca, pues, hacía su agosto en julio, habida cuenta que no se daba abasto para tanta demanda. Para potenciar el vigor y la habilidad de los jugadores anulando los de los rivales hacía sus invocaciones misteriosas con zahumerios especiales, les vendía pócimas secretas, amarraba cabellos o fotografías…, en fin. Después tenía usted a los solicitantes en difíciles afanes: a los unos tratando de enterrar misteriosos ataditos en inmediaciones de los arcos y a los otros, tratando de descubrirlos.

La curiosa pregunta me obligó a proveerme de la mejor información que pude conseguir. Al final, sólo quedaban espacios para la incrédula sonrisa. Me vino a la mente, muy clarita, la sabia frase de “Pepe Melgar el Aborrecido Faraón Huanca”, mi inolvidable amigo, que manejaba estadísticas contundentes:

- En el Perú, nacen 150 personas por día, el 15% muere por enfermedades antes de cumplir los quince años, y de ese 85% que queda, ¡TODITITOS SON COJUDOS!...

Era innegable que dicha mujer: analfabeta, supuestamente ignorante, tenía la admirable capacidad de convencer a sus visitantes, les contaba la misma historia y – lo más importante -, les cobraba a todos. Sobre los resultados, bueno…, es sabido que los del glorioso Club Juventud Alianza Andamarca nunca recurrimos a estos menesteres, nunca pasamos por estos consultorios y salíamos campeones absolutos año tras año, con todas las de la ley.

- ¿Ymaynataq chay, llapallantachu ganachinqa, manachu pipas pirdinqa llapallan ganaruptinqa?.. ¿Qukmanchús…?... (¿Cómo es eso, va a hacer ganar a todos, y entonces nadie va a perder…? ¿Qué raro, no?).

El recuerdo me vino cuando en el mes de noviembre pasado tuve la oportunidad de exponer algunos conceptos sobre el proceso de preparación de los Danzantes de Tijeras en Andamarca. La Asociación de Danzantes de Tijera realizó entonces su II Congreso Nacional en el Museo de la Nación de Lima y concurrí como invitado integrándome a la Delegación de la Asociación de Danzantes APU AQAYMARKA. En el pequeño conversatorio posterior, se planteó el tema de los dansaq que dicen tener la capacidad de “amarrar” al rival con artes ocultas. Los maestros dansaq y sus músicos refieren hasta increíbles experiencias vividas personalmente. Maestros músicos que hacen reventar las cuerdas de los instrumentos de los contrarios o dansaq que llegan a inutilizar al rival produciéndoles accidentes, etc. El mismo Cirilo Inca, el andamarquino dansaq insignia, ha referido que, todavía adolescente, tuvo que bailar en una plaza grande sustituyendo ocasionalmente a su tío y maestro Daniel Inca, porque sin mayor causa, había amanecido con las manos atadas, inutilizadas a punto tal que ni siquiera podía calzarse los guantes. Refiere Cirilo que su tío y mentor aceptó el problema, recurrió igualmente a sus conocimientos y, salvada la emergencia, pudo continuar su trabajo artístico con normalidad. Se suele comentar que estos conocimientos ocultos son de diversos niveles y que algunos maestros se vuelven casi invencibles porque ingresan a estos terrenos vedados por la ética y el valor abierto. Cuando en los atipanacuy asoman ciertas dificultades injustificadas, los contendientes advierten la presencia de estos artificios, y suelen enviarse mensajes:

- Ama cachillawan, negalchata qonaycukusun, danzaqmi canchik, manan layqachu. (Sin artes ocultas, vamos a rivalizar con legalidad, somos dansaq, no somos brujos maleros).

Estos conocimientos secretos pertenecen a su legajo personal y es muy difícil ingresar en sus campos. En consecuencia, no es posible explicar fenómenos que tal vez exploten capacidades paranormales y sicológicas. En el mismo evento de noviembre, se escuchó la denuncia de un viejo maestro de la escuela huancavelicana quien descalificó abiertamente a otro rival:

- Tu no eres dansaq, - le dijo -, tu simplemente eres un layqa, practicas la brujería.

Otro tema, muy diferente y de positivo cariz, es el que concierne a los maestros curanderos. Poseen conocimientos transmitidos de generación en generación y obtienen resultados sorprendentes cuando enfrentan enfermedades, utilizando elementos de la madre naturaleza como las plantas con propiedades, piedras o metales traídos de lugares muy especiales. Pero, bueno, esto es harina de otro costal.

El tiempo ha pasado… Mucha agua, gritando bajo los puentes, se ha ido a destinos sin retorno. En alas de recuerdo y la añoranza, estoy viendo a la vieja Alca, - ahora ya en los reinos de la eternidad -, frotándose las manos porque ya llega julio deportivo y empiezan las visitas especiales.